En este artículo proponemos un decálogo de partido: antes, durante y después. Al igual que otros decálogos (Decálogo para entrenadores y educadores deportivos, Decálogo para padre y madres de deportistas y muchos más…), elaboramos una propuesta de decálogo de partido gracias a vivencias propias y de las narradas por compañeros y rivales de banquillo.
El propósito de este decálogo de partido es servir de ayuda, tanto a compañ[email protected] entrenadores/as como a [email protected] jugadores/as que entrenamos.
Para no parecer un fundamentalista del baloncesto, matizaremos que esta propuesta va dirigida para equipos de canasta grande, más concretamente para equipos junior y senior. No obstante, algunas son premisas básicas que sí se debieran ir inculcando desde infantil. Tras esta breve aclaración, procedemos a la propuesta del Decálogo de partido: antes, durante y después.
Antes del partido
- Se juega cómo se entrena. Si se entrena con nula intensidad será imposible jugar con intensidad. Al igual que el hábito no hace al monje, la equipación no hace al jugador.
- Conoce las jugadas de tu equipo. Si están recopiladas en un documento o un PDF (que sea fácilmente descargable/accesible) siempre estará al alcance de [email protected].
- Puntualidad y asistencia. Al igual que en un entrenamiento, ser puntuales y asistir es requisito indispensable para un óptimo aprovechamiento del mismo. Si vas a llegar tarde, avisa con la máxima antelación a la hora citada. Si avisas pasada la hora en cuestión, ya no estás avisando.
- “Lo que pasa fuera de la cancha se queda fuera de la cancha”. Qué fácil decirlo y qué poco humano es. A veces nos precipitamos en prejuzgar careciendo de información que ni nos hemos molestado en recabar. Antes de tomar ninguna acción al respecto, quizás no estuviera de más preguntar que tal está la persona y qué ha pasado. Tras la respuesta recibida, ya se procederá a tomar medidas al momento o cuándo corresponda. Ahora bien, también es tarea de todos centrarse en la actividad que nos reúne. Hay que ser capaz de ponerse el “chip” de la tarea en cuestión.
- Información transparente para evitar sobresaltos o cambios de planes fallidos. Todo lo relativo a circunstancias personales o problemas de salud que pueda afectar al normal desarrollo de la actividad debe ponerse en conocimiento del entrenador (o del grupo en función del caso).
- Comunicación fluida. Si hay algo pendiente por resolver, mejor antes del partido y cuánto antes, mejor. Para eso se debe haber creado una relación de confianza y de cercanía. La confianza es algo que se trabaja todos los días y que se puede perder en un segundo.
- Nutrición. Practicamos un deporte intenso con un elevado gasto calórico. Hay que cuidar la alimentación previa y post-partido. No desayunar porque el partido es a primera hora de la mañana es una falta de preparación. Lo mismo en cuánto a salud. Si hay una hora reina por incomodidaad para jugar, ésa es después de comer. Para esos partidos, siempre buscar comidas ligeras (evitar el cocido madrileño de la abuela).
- Descanso. Tan importante es entrenar como descansar. Las horas de sueño son vitales antes de un partido a primera hora de la mañana. Si el partido es a inicio, mitad o final de tarde, habrá que prestar atención a todo lo que pueda ir surgiendo a lo largo del día.
- Salud. Si hay alguna lesión o dato relevante sobre el bienestar o la integridad física del individuo, lo normal es comunicárselo al entrenador. En la mayoría de los equipos de formación y de base, el entrenador no tiene ayudantes y tiene que estar pendiente de mil aspectos. Caer en la cuenta que una persona tiene molestias (o algún impedimento) sin que esa persona lo comunique es algo muy difícil.
- Organizando la bolsa/mochila. Cada jugador/a es responsable de esta tarea. Para los partidos de local, siempre hay que llevar las dos equipaciones. En caso de coincidencia de colores, el Reglamento establece que el equipo que se tiene que cambiar es siempre el local (al dar por sentado que tiene mayores facilidades). Siendo entrenador debes llevar tu pizarra, rotulador y borrador. En caso de ser árbitro, llevar tu silbato, tu uniforme, tu estuche de bolis, tus calcos de colores y varias actas por si hubiera aglún fallo a la hora de usar el acta digital. Finalmente, siendo cualquiera de los tres agentes que están en cancha, llevar la bolsa o mochila si no tiene la certeza absoluta de tener tiempo para pasar por casa antes del partido.
Durante el partido
- Entramos en partido desde que entramos en la pista (o pabellón). A señalar que algunas personas, ya sean entrenadores/as, jugadores/as o incluso árbit[email protected], entran en partido cuando justo finalizó el anterior.
- Animal de costumbres. Misma rutina de calentamiento para los partidos. Cuando se busca repetir una rutina es para crear una zona de confort óptima y re-encontrarse con las sensaciones de partido. El clima que se respira debe ir acompañado de concentración. En caso de hacer una rutina distinta, tiene que tener el propósito de cambiar algo en concreto o buscar un efecto en concreto.
- Tiempos muertos que dan vida. Duran lo que duran. Para escuchar hay que estar en silencio. Atención a las instrucciones da el/la entrenador/a. Las pulsaciones y las cabezas van a mil. Por muy mal (o bien) que vayan las cosas no centrará la atención en más de uno o dos aspectos.
- Siempre actitud proactiva. Tener un ataque de risa floja al inicio de un tiempo muerto después de encajar un parcial no es buena idea (no te sorprendas si no juegas o no vuelves a salir). Una risa o gesto fuera de lugar puede ser percibido como una falta de respeto hacia una persona o hacia el grupo.
- Si juegas, atacas y defiendes. No dejes de defender por tener cuatro faltas personales. Para no defender mejor te quedas en el banquillo y que otr@ defienda de verdad (nota irónica: aprovechamos la ocasión para señalar lo paradójico que es que haya jugadores con cuatro faltas personales sí ataquen pudiendo cometer una falta personal en ataque).
- No hay cabida para discusiones aireadas (ni chismorreos) en un banquillo ni en un equipo. Puede no haberte gustado el cambio y volver a sentarte en el banco. En los partidos de baloncesto, al igual que en otros deportes se realizan sustituciones. Si fuera por tu entrenador te jugabas todo el partido. Lamentablemente te cansas y encima es un deporte de equipo en el que otras personas te pueden dar relevo (y descanso). Si hay una sustitución es porque tu entrenador está valora que es lo mejor para tu equipo en ése momento.
- Concentración. Si estás en el banquillo o en la cancha estás al loro de lo que pasa en el partido. Es inconcebible que le preguntes a tu entrenador por quién sales cuando acaban de expulsar a un/a compañer@ por quinta falta personal, descalificante directa, dos falta técnicas, dos faltas antideportivas, o una falta antideportiva y una falta técnica combinadas entre sí -sin importar el orden). Si estás en la cancha, debes estar a lo que pasa en la cancha (ya se tuvo tiempo se sobra para saludar a a familiares y amigos antes, ya sea antes de entrar al partido o en babybasket o minibasket).
- A problemas, soluciones. Cualquier crítica mal intencionada, vaya dirigida a quién vaya dirigida tampoco tiene cabida. Si eres buen/a entrenador/a, serás capaz de nombrar o describir el error y hacer la corrección pertinente (ya sea con un buen feedback o mayéutica). Lo mismo aplicable a jugadores/as y á[email protected].
- Máximo respeto a la labor de los árbitros y de los oficiales de mesa. Ninguna persona que esté sentada en el banquillo (ni entrenadores ayudantes ni acompañantes) pueden -ni deben- reclamarle ni protestar nada. En caso de hacerlo, lo único que puede conseguir es que se pite una falta técnica al banquillo. La única persona que puede hacerlo es el entrenador. Y aún así, habrá que ver cuánto conoce del Reglamento y de sus respectivas interpretaciones -para más información, consultar el Reglamento interactivo de Baloncesto FIBA-) y cómo y cuándo comentar con [email protected] á[email protected] la jugada o gesto en cuestión.
- Zapatero a tus zapatos: La labor del entrenador/a es entrenar en los entrenamientos y dirigir en los partidos. La de [email protected] jugadores/as jugar y la de [email protected] á[email protected] arbitrar. Si cada cuál se centra en su labor y actúa en su parcela de trabajo, es probable que todo vaya mejor. Para conseguir el caos más absoluto, basta con que todos empiecen a desempeñar el rol que no les corresponde.
Después del partido
- Respeto al rival y a [email protected] á[email protected]. Siempre dar la mano/saludar/aplaudir (e incluso felicitar) al rival y a [email protected] á[email protected]. Lo que pasa en la cancha se queda en la cancha.
- Estiramientos. Se haya ganado o perdido, tiene que ser un hábito. En caso que haya otro partido a continuación, buscar algún espacio dónde realizar estiramientos.
- Control emocional. Ya se manifiesten con euforia, frustración, tristeza, rabia, etc.. La gestión de las emociones debe ser primordial para crear un entorno óptimo de disfrute de la actividad. En caso de ausencia, se puede acabar tornando en un abandono del deporte en el largo plazo.
- Charla post-partido. Por lo general son desaconsejables. Si acaso un balance escueto. El partido ha acabado y [email protected] jugadores/as están ya pensando en lo siguiente que van a hacer (volver a casa, comer con familiares y amigos, descansar, los deberes de la semana o en las horas de curro de la siguiente semana).
- Cuidado con los enfados o las heridas abiertas. Decía Aristóteles, en Ética a Nicómaco, que “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.” Si en algún momento del partido ha habido alguna palabra, tono o gesto que haya podido sentar mal es altamente recomendable que se hable. Mejor si es en el siguiente entrenamiento teniendo ya para entonces las pulsaciones en frío y con asertividad.
- Ruedas de prensa imprevistas y/o informales. “Hay tres cosas que nunca vuelven atrás: la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida. Pocas flechas se lanzan hoy en día, pero demasiadas palabras se pronuncian sin pensar y demasiadas oportunidades se pierden por falta de valor.” Mucho cuidado a la salida del pabellón. Hay que ser cauto y recatado a la hora de hablar. Habrá que valorar con quién, cómo y cuánto. Para este punto me veo en la obligación de mencionar las sabias palabras de mi admirado Eduardo Burgos “debemos huir de los elogios, aunque eso sí tratar de merecerlos” (ya de paso, recomendamos leer su Decálogo del sentido común en un banquillo de baloncesto“).
- Auto-crítica. Valoración y evaluación del partido. ¿Se puede asumir la Derrota? Desde luego. En alguna charla, entrevista o clínic (ya no recuerdo) Jota Cuspinera comentaba que no era justo que nos castigásemos por una derrota durante un largo periodo de tiempo cuando no hacíamos lo mismo cuando ganábamos. Hay que saber digerir ambas situaciones aprendiendo de los aciertos y errores. Si no lo hiciéramos de la segunda manera, al final acumularíamos exceso de peso en nuestra mochila.
- Recuperación de fuerzas y descanso. Acabado el partido, la prioridad son reponer fuerzas y descansar para continuar con todo lo pendiente fuera de la cancha.
- Un partido más de experiencia. Sigamos aprendiendo para competir mejor.
- Saber desconectar. Lo más importante de lo menos importante. Al final el tiempo pasa y lo que perduran son los recuerdos y las personas que nos han enseñado a ser mejores fuera de la cancha. Quizás una temporada no sea recordada por un mérito deportivo (ascenso, campeonato o títulos), pero quizás sí por la sinergia que se creó entre un grupo de personas que perseguían un mismo objetivo.
Consideraciones finales respecto a este Decálogo de partido
Por último, recordar que ésta es sólo una propuesta. Cada cuál es libre de hacer su propio Decálogo de Partido. El sólo hecho de agrupar y ordenar las ideas es una buena práctica para organizarse. Si además somos capaces de transmitirlo y plasmarlo en nuestro día a día, ¡Mucho mejor!
Esperamos que estas sencillas pautas os sean útiles para poder aprovechar al máximo el esperado… ¡día de partido!