El bote de protección suele ser el primero que emplean los jugadores para mantener el control del balón.
Es muy intuitivo porque lo primero que hacen los jugadores jóvenes y/o inexpertos es interponer su cuerpo entre el defensor y el balón.
Lo cierto es que se trabaja poco porque es entendible que se busque formar jugadores atrevidos que encaren el defensor y al aro. En los últimos años los jugadores grandes que jueguen de espaldas empiezan a escasear y cada es más común tener jugadores grandes con notables fundamentos técnicos individuales propios de un jugador exterior.
Por otro lado, se debiera trabajar más, no con ánimo de que sea el primer y único recurso, pero sí más bien para que se encadene con algún movimiento (cambio de mano por delante, por detrás, por debajo de las piernas o reverso) para dar continuidad a la acción y evolucionar el juego de forma más directa y agresiva hacia el aro.
Objetivos para la enseñanza

- Mantener la cabeza erguida y mirar el aro.
- Botar el balón cerca del cuerpo.
- Botar a la altura de la rodilla.
- Botar el balón con la yema de los dedos.
- Semi-flexionar muñeca y dedos para envolver y dirigir el balón.
- Usar cuerpo y la mano que no bota para proteger el balón.
Errores más comunes

- Agacha la cabeza para mirar el balón.
- Bota lejos del cuerpo.
- Bota muy alto.
- Golpea el balón con la palma de la mano.
- Tiene dificultades para controlar el balón.
- No tiene localizado al defensor y no interpone el cuerpo ni usa el brazo libre de bote para proteger el balón.
En ningún caso el bote de protección debe ser continuado. Los jugadores deben ser capaces de usarlo en momentos puntuales y pensar en volver a encarar el aro (y por lo tanto el juego). La mejor forma para que no se “vicien” con el Bote de Protección es que enseñarles a encadenar éste con los otros tipos de Bote.
Cedric Arregui Guivarc'h Entrenador Nacional de Baloncesto (CES 2014)